Vi segnaliamo una lunga e bella intervista a Manuel Cristóbal, produttore di Rughe.
Tras ganar el Goya 2012 como Mejor Película de Animación y al Mejor Guión Adaptado, y coincidiendo con su estreno en DVD, os presento en Dimensión 2.5 una entrevista con Manuel Cristóbal de Perro Verde Films, y productor de la película “Arrugas“.
Manuel, Bienvenido a Dimensión 2.5. La película ha sido un éxito en festivales de medio mundo, siendo una apuesta arriesgada para el cine de animación, generalmente más enfocado al público infantil.
¿Cómo se planteó la producción en sus inicios?.
Descubrí el cómic cuando se le concedió el premio nacional en noviembre 2008, me pareció una historia maravillosa y lo que podría ser un Persépolis a la española, es decir que de un gran cómic podía salir una gran película. Al día siguiente ya estaba hablando con Paco Roca para comprar los derechos.
¿Una apuesta demasiado arriesgada por tratar el tema de la vejez con una película de animación, había temor de que no fuera aceptada por los espectadores?.
Depende de la dimensión de la producción, porque en este caso el presupuesto es de tan solo dos millones de euros, lo que comparado con los diez de “Chico & Rita“, los veinte de “El ilusionista” o los más de cien de cualquiera de las producciones de Pixar o Dreamworks, hace que sea un presupuesto muy competitivo y un riesgo en cierto modo controlado. Eso sí, riesgo siempre hay.
Lo que sabíamos con certeza es que era una gran historia, que la animación ofrece ahora posibilidades ilimitadas y que Ignacio Ferreras podía hacer un gran trabajo en su primera película, como así ha sido.
¿Por qué contarlo mediante la animación?.
En este caso quería ser muy fiel en estilo e historia al cómic y además en animación es una película única, en imagen real seria una más. Ignacio Ferreras estaba también de acuerdo y asumió el reto.
¿Cómo se desarrolló la comunicación con Paco Roca, autor del cómic original?.
La verdad es que fue muy fluida desde el primer momento porque Paco Roca entendió que una cosa era un cómic que él hace en la soledad de su estudio y otra cosa una película donde han trabajado más de 300 personas y donde las decisiones narrativas dependían de Ignacio Ferreras como director. Fue fantástico verlos trabajar juntos y ver que cada uno en su campo son grandes autores.